Una complicación de una otitis media se define como el proceso en el que la inflamación o infección del oído medio se extiende más allá de los espacios neumatizados y del recubrimiento mucoso de las cavidades del oído medio. La terapia antibiótica ha conseguido disminuir significativamente la incidencia de las complicaciones de la otitis, que en la actualidad se sitúa en torno al 0,5. Las complicaciones de la Otitis Media Aguda (OMA) son más frecuentes en población pediátrica. En el caso de la Otitis Media Crónica (OMC), la presencia de cefalea y/u otalgia asociada a otorrea fétida debe hacernos sospechar de una complicación neurológica.
Ante la sospecha de una otitis media complicada deben realizarse análisis de sangre, una prueba de imagen, siendo la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM) fundamentales en el diagnóstico, y una punción lumbar en caso de sospechar de una meningitis otógena. Por su disponibilidad y rapidez, la TC es el estudio de imagen de elección inicial, y también definitivo en la mayoría de los casos. La RM se reserva para el estudio del oído interno y para la valoración más precisa de complicaciones intracraneales.
Las complicaciones de las otitis medias se clasifican, según su localización, en intratemporales (también conocidas como extracraneales) e intracraneales. Más del 30% de las complicaciones intracraneales se preceden de una complicación intratemporal.
Complicaciones intratemporales
Las complicaciones intratemporales se producen por la extensión de la infección y de los fenómenos inflamatorios hacia las distintas regiones del hueso temporal.
Son más frecuentes en el contexto de una otitis media subaguda o crónica, salvo la mastoiditis aguda, que suele producirse a partir de una OMA.
Las complicaciones intratemporales más habituales son:
Mastoiditis
Es causada por una infección en el oído medio que afecta a la mucosa y celdas óseas de la porción mastoidea del hueso temporal. La mastoiditis es la complicación más frecuente de la OMA y suele presentarse en niños pequeños. De hecho, la mayoría de los pacientes con mastoiditis coalescente tienen menos de 2 años. Además, se considera el punto de partida de otras complicaciones intratemporales y/o intracraneales.
Absceso subperióstico
Es la forma evolutiva más frecuente de la mastoiditis aguda, produciéndose una colección purulenta contenida por el periostio de la mastoides y los planos blandos más superficiales. Se manifiesta como una hinchazón retroauricular dolorosa y fluctuante a la palpación, con un despegamiento llamativo del pabellón auricular hacia abajo y lateralmente.
Petrositis
Surge tras la infección de la punta del peñasco (parte del hueso temporal) que evoluciona desde una otomastoidis aguda o crónica. Requiere que la punta del peñasco esté neumatizada, lo cual puede suceder hasta en un 30% de la población.
Parálisis facial
Una infección del oído puede afectar al nervio facial en cualquier punto de su trayecto, siendo más frecuente que lo haga a nivel de la porción timpánica del conducto de Falopio. Mientras que en niños la parálisis facial es más frecuente verla en relación con una OMA, en adultos es más habitual que se produzca como complicación de una OMC. Los pacientes pueden presentar diferentes grados de paresia (disminución de la fuerza de los músculos), pero en la mayoría se produce la recuperación completa tras el tratamiento.En el caso de las OMC, la aparición de una parálisis facial suele producirse por la presencia de un colesteatoma.
Laberintitis
La laberintitis tiene lugar cuando la infección penetra la cápsula ótica que rodea al laberinto,produciendo una . Puede ser la complicación tanto de una OMA como de una OMC. Los síntomas incluyen pérdida de la audición neurosensorial severa, acúfenos y vértigo. El cuadro es brusco, intenso e incapacitante.
Complicaciones intracraneales
Las complicaciones intracraneales se clasifican según un criterio topográfico, lo que no significa que sean procesos independientes, si no que en muchos casos coexisten varios de ellos.
Absceso epidural
La infección producida por la otitis destruye paredes óseas del hueso temporal permitiendo el paso de material purulento al espacio epidural. Es una de las complicaciones intracraneales más frecuentes. Los síntomas que se pueden presentar son: febrícula, ligera afectación del estado general, postración, anorexia o cefalea que aumenta con los movimientos cefálicos, por lo que puede pasar desapercibido.
Tromboflebitis de senos venosos durales
Consiste en la presencia de trombosis en el seno venoso dural, que recibe sangre de venas externas e internas del cerebro. Los pacientes presentan fiebre elevada y signos de hipertensión intracraneal grave (cefalea, vómitos en escopetazo, disminución del nivel de consciencia).
Empiema subdural
Es el cúmulo de material purulento que se desarrolla entre la duramadre (capa exterior de tejido que protege el cerebro) y la capa media de los tejidos (aracnoides) que recubren el encéfalo. El paciente presentará fiebre persistente, signos de irritación meníngea (cefalea, signos meníngeos positivos), deterioro cognitivo difuso y disminución rápidamente progresiva del nivel de consciencia
Meningitis otógena
Es la inflamación de las membranas meníngeas causada por gérmenes procedentes de una infección ótica. La clínica propia de la meningitis consiste en un cuadro de fiebre elevada y clínica neurológica con cefalea, fotofobia, inquietud, obnubilación, desorientación y rigidez cervical.
Absceso encefálico
El absceso encefálico es el resultado de una necrosis (muerte del tejido) del parénquima cerebral (constituido principalmente por neuronas, células gliales y vasos sanguíneos) producida a partir de la inflamación del tejido nervioso. Se trata de una complicación muy poco frecuente, pero muy grave, con una importante morbilidad y mortalidad. El paciente presentará fiebre y un cuadro clínico característico denominado tríada de Bergman, que agrupa un síndrome séptico, un síndrome de hipertensión intracraneal (cefalea, vómitos y disminución del nivel de consciencia) y un síndrome neurológico (hemiparesia, alteración del carácter, déficit de campo visual, síndrome cerebeloso).
Cuándo acudir al otorrinolaringólogo en el caso de una otitis media
Tal y como hemos señalado anteriormente, la propagación de la otitis media en ocasiones puede conducir a la aparición de complicaciones. Por ello, es importante acudir en las etapas iniciales de la infección al otorrinolaringólogo.
Los signos y síntomas de una infección del oído pueden indicar varias afecciones. Es importante obtener un diagnóstico preciso y oportuno, así como el tratamiento adecuado.
Los signos y síntomas comunes en los niños son:
- Dolor de oído, especialmente al acostarse
- Trastornos del sueño
- Inquietud
- Dificultad para oír o responder a los sonidos o señales
- Pérdida de equilibrio
- Fiebre
- Secreción de líquido del oído
- Dolor de cabeza
Los signos y síntomas comunes en los adultos son:
- Dolor de oído
- Secreción de líquido del oído
- Dificultad para escuchar
Es importante acudir al otorrinolaringólogo si los síntomas, anteriormente mencionados, duran más de un día, los síntomas están presentes en un niño menor de 6 meses, el dolor de oído es intenso o si se observa una secreción de líquido en el oído.