La COVID-19 persistente afecta de manera desigual a hombres y mujeres, y casi una tercera parte tienen alteraciones del olfato y/o el gusto.
Así, las mujeres de entre 50 y 60 años sufren más COVID-19 persistente que los hombres, mientras que éstos padecen más lesiones faringo-laríngeas y en patología deglutoria y tienen estancias más prologadas en la UCI.
Las mujeres sufren más la persistente entre los 60 y 60; pero los hombres tienen más lesiones por intubación
La COVID-19 persistente o long COVID, afecta de manera desigual según el género, y estos resultados se presentaron en el 72ª Congreso Nacional de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), que se celebró de forma virtual los días 14 al 16 de octubre de 2021. Las mujeres sufren de manera más frecuente la COVID-19 persistente en el rango de edad que va entre los 50 a los 60 años, pero los hombres permanecen más tiempo en la UCI y presentan más lesiones faringo-laríngeas y patologías deglutorias.
La COVID-19 persistente se define como la permanencia de síntomas incapacitantes tras la infección aguda por SARS-CoV-2 de más de 4-12 semanas tras el inicio de los síntomas. Puede ocurrir entre un 10 y un 20% de los pacientes sintomáticos que han padecido la enfermedad.
En un estudio reciente de seguimiento durante un año de pacientes que habían pasado la COVID-19, encontraron que los síntomas más frecuentes fueron fatiga (52%), dolor (48%), y alteraciones del sueño (47%). Se registró deterioro neurocognitivo en un 36% de los casos y un 28% de los casos presentaron pérdida de olfato (anosmia) y pérdida del gusto.
Las hormonas sexuales y los genes, los ‘culpables’ de esta dicotomía
Otro estudio publicado en Nature demostró que las mujeres sufrían con más frecuencia la COVID-19 persistente en ese determinado rango de edad. La explicación de la mayor prevalencia de mujeres entre 50 y 60 años puede deberse a las hormonas sexuales y su actividad inmunomoduladora. Y es que hay que recordar que las mujeres tienen respuestas inmunológicas, tanto innatas como adquiridas, más fuertes que los hombres, y tanto los genes como las hormonas están involucrados en esta diferencia. Estas divergencias inmunológicas basadas en el género probablemente representen la principal causa de prevalencia femenina de COVID-19 persistente en adultos.
Lesiones por intubación, más frecuentes en hombres
La consulta por disfonía por la COVID-19 es también más frecuente en mujeres. Sin embargo, respecto a las lesiones faringo-laríngeas tras intubación prolongada por COVID-19, la prevalencia es mayor en hombres: por ejemplo, cicatrices posiblemente derivadas de la intubación. Con respecto a la patología deglutoria, también hay más hombres afectados, y puede ser porque presentan más complicaciones y más estancias prolongadas en las UCI.
Dificultad para tragar asociada a la COVID-19
Asimismo, respecto a la disfagia (dificultad para tragar) asociada a la COVID-19, es un síntoma importante, infravalorado, pero que tiene buen pronóstico si se trabaja a tiempo.
La COVID-19 persistente presenta una clínica muy variada en otorrinolaringología que se definió en el congreso de la SEORL-CCC: lengua anormal; anosmia (pérdida de olfato); ageusia (pérdida del gusto); acúfenos, disfagia, etc. Las alteraciones del olfato son uno de sus síntomas más prevalentes y uno de los que generan mayores tasas de discapacidad y alteración de la vida. El tratamiento fundamental es el entrenamiento olfatorio durante al menos 6 meses. Además, hay que hablar también de un problema importante en estos pacientes, como la parosmia, un trastorno del olfato que produce distorsión en la percepción normal de los olores al punto de no poder tolerarlos porque resultan desagradables.
Actuación de la SEORL-CCC durante la pandemia
La SEORL-CCC trabaja en el estudio de los efectos de la COVID-19, tanto en la fase aguda como en su cronificación, conocida como COVID-19 persistente o long COVID.
La SEORL-CCC ha promovido y apoyado diversos estudios científicos relacionados con la COVID-19: traqueotomía en pacientes con enfermedad severa; anosmia y ageusia; disfonía; epistaxis; efecto en pacientes laringectomizados; hipoacusia; parálisis facial, etc.
Durante la primera etapa de la pandemia elaboraron un consenso para la realización de traqueotomías. En mayo han publicado la Guía Clínica para la Atención al paciente COVID persistente / Long COVID. Además, hay en marcha dos estudios: datos sobre la afectación de la sordera súbita en pacientes con COVID-19, y consecuencias faringo-laríngeas en pacientes intubados por esta enfermedad.