La poliposis nasal es un síntoma de la rinosinusitis que afecta a entre un 1 y un 5% de la población, según una revisión de estudios que se expuso en el 72ª Congreso Nacional de la SEORL-CCC, que se celebró de forma virtual entre el 14 y el 16 de octubre.
Los otorrinolaringólogos están utilizando para tratar y reducir la poliposis nasal (crecimiento de tejido en los senos paranasales y en las fosas nasales) fármacos biológicos, al conseguir mejorar el olfato, así como disminuir la obstrucción nasal y la rinorrea, y reducir los dolores de cabeza que provoca la poliposis. Asimismo, incluso logran reducir en algunos casos la necesidad de utilizar de manera continuada otros medicamentos antiinflamatorios, como los corticosteroides.
La poliposis nasal es más frecuente entre hombres (2 de cada 3), y suele aparecer alrededor de los 40 años, siendo más habitual en pacientes con asma. Un metaanálisis publicado recientemente en la revista Archives of Allergy and Immunology demostró que los fármacos biológicos son eficaces para reducir las masas de pólipo nasal en pacientes de rinosinusitis. A similares resultados han llegado otros dos metaanálisis publicados en septiembre en las revistas British Medical Journal y Journal of Allergy and Clinical Immunology.
Cirugía o fármacos biológicos
Hoy en día, los especialistas en ORL mandan a cirugía endoscópica endonasal a los pacientes que más se van a beneficiar de ella, mientras que con los que ven que no van a tener buenos resultados con esas intervenciones, optan por estos fármacos biológicos. Sin embargo, hay que recordar que con los biológicos se precisa de una aplicación continuada en el tiempo si son subcutáneos o intravenosos, con varias dosificaciones a lo largo de un año, porque se produce una reaparición de los síntomas si se interrumpe o cesa el tratamiento.

Fármacos biológicos en rinosinusitis crónica
Pero, ¿Qué son en realidad estos fármacos biológicos? Se trata de medicamentos producidos partir de material genético de seres vivos, por ejemplo, anticuerpos monoclonales (últimamente, de moda por la COVID-19), es decir, proteínas artificiales que actúan como anticuerpos humanos en el sistema inmunitario y atacan células contra las que están específicamente diseñados. Pero los anticuerpos monoclonales no son algo de ahora aunque se hable más estos meses de ellos: como la tecnología del ARN mensajero, éstos también se conocen desde hace tiempo, y se utilizan en múltiples enfermedades, sobre todo en inflamatorias crónicas y oncológicas. En la especialidad ORL, se están utilizando desde hace años en protocolos de tratamiento de cirugía oncológica de cabeza y cuello, pero es en los últimos 5-6 años cuando se ha abierto un nuevo campo de acción de estos fármacos, al haber demostrado su utilidad en la mejora de los síntomas y de la calidad de vida de la rinosinusitis crónica, que padece hasta un 12 % de la población.
La rinosinusitis: un problema para la vida cotidiana y el trabajo
Además de la poliposis, la rinosinusitis crónica presenta síntomas como obstrucción nasal, mucosidad nasal, cefalea (dolor de cabeza) y algias faciales (dolores) o anosmia (pérdida de olfato). Las personas que la padecen encuentran muy afectada su calidad de vida cotidiana, convirtiéndose en una de las enfermedades que causan mayor absentismo laboral y presentismo (hacer cosas de fuera del trabajo en el mismo por la falta de concentración debida a los síntomas), hasta más que otras enfermedades como el asma o la insuficiencia cardíaca.