Por qué no hay que usar bastoncillos para los oídos
El cerumen del oído se ha considerado siempre una señal de falta de higiene y nada más lejos de la realidad ya que la cera que producen los oídos es un síntoma de buena salud auditiva puesto que le protege frente a distintas patologías. Por ejemplo, previene de infecciones, tiene propiedades antibacterianas, evita la entrada de polvo y la irritación de los tejidos del oído en el caso de que entre agua.
Para limpiar el cerumen externo de los oídos es frecuente utilizar bastoncillos de plástico, lo que constituye un gran error para la salud auditiva, según afirma un estudio que publicado la Universidad de Harvard y que recoge tres razones para no usarlos:
- No se necesitan. El cerumen se produce dentro del oído y se expulsa solo, por lo que únicamente habría que limpiar lo que sale al exterior con la esquina de una toalla, por ejemplo.
- Puede ser perjudicial. Al introducir el bastoncillo en el oído, lo que realmente se hace es empujar la cera hacia dentro y compactarla, pudiendo provocar un tapón y, a su vez, crear infecciones.
- No es un signo de mala higiene. El cerumen ayuda a proteger al oído, funciona como hidratante del canal auditivo y lo protege del polvo y las bacterias.
En el caso de que se crease un tapón en el oído por una acumulación de cera hay que acudir a consulta para que un profesional sanitario de atención primaria lo retire. En ocasiones puede requerirse incluso la atención de un otorrinolaringólogo, en estos casos los especialistas la aplicación de un agente cerumenolítico durante 5 o 10 días previos a la consulta para facilitar la extracción del tapón. Por norma general no se recomienda tratar los tapones en casa, por ejemplo, con el uso sprays de manera continuada puesto que los conductos auditivos se humedecen, lo que facilita la aparición de infecciones.
Otras lesiones, aunque menos frecuentes, que podría causar el bastoncillo es la perforación del tímpano o laceraciones en el tejido blando de los conductos auditivos, así como sensación de cuerpo extraño al quedarse dentro del conducto auditivo un fragmento del bastoncillo.
Además, los bastoncillos tienen contraindicaciones para el medio ambiente ya que tienen un efecto parecido al de las toallitas higiénicas. Para depurar el agua, los residuos deberían hundirse totalmente, para que después las aguas puedan seguir su proceso de depuración. Sin embargo, los bastoncillos se quedan flotando en la superficie, impidiendo la correcta depuración del agua.
Para solucionar este problema, algunos países han establecido algunas normas: Francia, por ejemplo, ha prohibido la venta de los bastoncillos a partir de 2020. En Reino Unido distintos grupos ecologistas han puesto en marcha una campaña en contra de los bastoncillos que está dando resultados, ya que algunos de los principales supermercados los están retirando. España, sin embargo, aún se queda atrás puesto que solo ha aprobado una ley en la que se exige que a partir del 2018, el 50% de los materiales de los bastoncillos sean biodegradables.