La mentoplastia es una cirugía que buscar corregir las deformidades del mentón. Se trata de una intervención quirúrgica que hace posibles cambios estéticos faciales notorios sin tener que modificar la oclusión, por lo que es una forma eficaz de cambiar la fisionomía facial.

Una de las deformidades del mentón que se aborda mediante esta técnica es la retrognatia, es decir, el mentón retraído. En estos casos, el paciente lo que busca es que el mentón protruya ligeramente. La operación consiste en introducir una prótesis de un material biocompatible o de grasa de la misma persona, con el tamaño y forma planificadas previamente en base a las necesidades y gustos del paciente. La prótesis se puede introducir o bien con una incisión en la parte debajo del mentón, o bien dentro de la cavidad oral.

En el caso de los mentones o mandíbulas demasiado prominentes (prognatismo) se pueden acortar mediante osteotomías (corte parcial del hueso) en los ángulos precisos designados por el cirujano de cabeza y cuello y con las prótesis adecuadas.

Antes de realizar una mentoplastia se tienen que evaluar minuciosamente las proporciones faciales del paciente y realizar un examen físico, así como la revisión exhaustiva de su historial clínico. También es importante conocer los antecedentes como traumatismos anteriores, cirugías orales o tratamientos previos de ortodoncia.

En cuanto al postoperatorio, si la incisión se ha realizado en la boca, se realiza una sutura de puntos que se caen por sí solos a los pocos días. Sin embargo, si la intervención se ha abordado por la parte inferior del mentón, la sutura es más compleja y se requieren curas frecuentes hasta que cicatrice bien. También es frecuente perder sensibilidad en la zona y, en ocasiones, en el labio inferior, pero se trata de algo transitorio.