2.820.000 pacientes con poliposis nasal sufren un deterioro de calidad de vida que podría evitarse
La rinosinusitis crónica con poliposis nasal (RSCcPN), que afecta a unos 2.820.000 españoles, causa síntomas como dificultad respiratoria, mucosidad nasal y perdida de olfato. Estos síntomas podrían evitarse en gran medida si los pacientes accedieran a los tratamientos disponibles, según advierten la SEORL-CCC, la SEAIC y la SEPAR con motivo de la presentación de la Guía POLINA 2022 (documento de consenso sobre RSCcPN que han editado las tres sociedades científicas anteriormente mencionadas).
La poliposis nasal se produce por una inflamación crónica nasal que con frecuencia se asocia al asma grave y a la intolerancia a la aspirina/antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Además, su tratamiento influye en el control del asma asociado. “Uno de cada cuatro pacientes con asma tiene pólipos nasales, una condición que sufren del 3 al 6% de los españoles y para quienes el acceso a los fármacos más eficaces es complejo debido a la falta de financiación de estos”, indica el doctor Isam Alobid, presidente de la comisión de Rinología, Alergia y Base de Cráneo Anterior de la SEORL-CCC.
La poliposis nasal provoca congestión nasal / obstrucción nasal y rinorrea (mucosidad nasal). También puede acompañarse de pérdida del sentido del olfato (hiposmia /anosmia) y presión o dolor facial. Estos síntomas provocan un gran impacto en la calidad de vida del paciente y limita su productividad laboral y académica, aumenta con la edad, con un inicio promedio de 42 años, y la padecen más los hombres que las mujeres.
Tratamiento
Existen tres fases en el tratamiento de la poliposis nasal. En primer lugar, la administración de terapia farmacológica. Si el paciente no responde, se recurre a la cirugía y por último a los fármacos biológicos a base de anticuerpos monoclonales. “Los biológicos han significado un gran avance terapéutico en los últimos años para aquellos pacientes que no logran controlar su enfermedad después del tratamiento con corticoides intranasales y orales y de al menos una cirugía nasal. Sin embargo, nos encontramos con el obstáculo de su falta de financiación”, explica el doctor José Antonio Castillo, presidente del grupo de trabajo de rinitis, rinosinusitis y poliposis nasal del área de asma de la SEPAR.
La RSCcPN supone un gran consumo de recursos sanitarios, tanto ambulatorios como hospitalarios y un elevado coste indirecto en términos de productividad laboral. En un estudio reciente publicado en Rhinology con una elevada proporción de asmáticos, los costes totales de la RSCcPN ascendieron a 7.160€ por paciente y año. Los costes directos sumaron 1.501 € por paciente y año, correspondiendo una buena partea hospitalizaciones y cirugía. Los costes indirectos se estimaron en 5.693€ por paciente y año. Este estudio tuvo la ventaja de que valoró más a fondo los costes indirectos (midiendo absentismo y presentismo, suponiendo este último 1.447 € por paciente y año). La media de días de absentismo anual llegó a 10,5 días por paciente.
La aplicación de terapias con fármacos biológicos puede evitar al paciente tener que afrontar múltiples reintervenciones. Sin embargo, para su empleo es necesaria la realización de estudios que valoren su duración y la relación coste-eficacia. “Es fundamental disponer de biomarcadores que nos permitan seleccionar los pacientes que mejor se puedan beneficiar de ellos. Además, será preciso que el control de estos se realice en unidades multidisciplinares especializadas y formadas por otorrinolaringólogos, alergólogos y neumólogos”, apunta el doctor Carlos Colás, presidente del comité de rinoconjuntivitis de la SEAIC.
Otro trabajo publicado recientemente en The Journal of Allergy and Clinical Immunology. In practice ha demostrado que los biológicos afectan el control de la enfermedad en una subpoblación de RSCcPN grave de una manera que antes no se podía lograr con la terapia médica y quirúrgica.
Necesidades de los pacientes
La Guía POLINA 2022 se dirige a médicos especialistas en las áreas de Otorrinolaringología, Alergología y Neumología, y también involucra a otras especialidades incluyendo a los médicos de Atención Primaria, farmacéuticos y pacientes. Esta guía promueve la coordinación entre los médicos especialistas y el trabajo multidisciplinar en beneficio del paciente por un diagnóstico precoz y evitar retrasos y duplicación de pruebas diagnósticas.
El documento proporciona además sugerencias/necesidades no cubiertas para investigaciones futuras en esta patología y ofrecerá una guía actualizada sobre definiciones y medición de resultados de estas investigaciones y en diferentes situaciones. Además, Vanessa Limonge, presidenta de la Asociación Española de pacientes con Poliposis Nasal (AEPONA) ha participado en la redacción de un capítulo dirigido especialmente a las necesidades de los pacientes
La Guía POLINA incluye capítulos sobre epidemiología y factores predisponentes, fisiopatogenia y mecanismos inflamatorios, exploración y diagnóstico, multimorbilidad, vías respiratorias superior e inferior (rinitis alérgica, conjuntivitis, enfermedad respiratoria exacerbada por antiinflamatorios no esteroideos, asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, etc.), el trastorno del olfato por su relevancia en el diagnóstico y pronóstico de la RSCcPN, la calidad de vida y los costes socioeconómicos, así como los objetivos del tratamiento, la definición de control y cómo definir la respuesta al tratamiento.