Síndrome de Ménière: diagnóstico y tratamiento
El síndrome de Ménière es la asociación de tres grandes síntomas: fluctuación auditiva, taponamiento y ruido en el oído y vértigo rotatorio, espontáneo y recurrente. La incidencia estimada es baja, está en torno a 15 casos por cada 100.000 habitantes, pero al ser una enfermedad de muy largo recorrido la prevalencia es muy alta.
Supone el tercer diagnóstico más frecuente en las consultas de Otoneurología y requiere, para ser abordado de forma adecuada, de unas pruebas diagnósticas altamente especializadas, así como de la exploración exhaustiva del equilibrio y del oído. El otorrinolaringólogo juega un papel muy importante en la valoración de los pacientes con este trastorno y es el único especialista capacitado para establecer este diagnóstico.
El diagnóstico de la enfermedad de Ménière se basa en la descripción del paciente de los síntomas: la pérdida auditiva fluctuante, acúfeno, taponamiento ótico y crisis de vértigo espontáneo recurrente. El problema es que muchos pacientes no padecen todos los síntomas y es ahí cuando el otorrinolaringólogo tiene que prestar especial atención a las pruebas auditivas y a las pruebas vestibulares funcionales.
Pruebas para su detección
La más importante es la audiometría. Es una herramienta sencilla que muestra un perfil característico auditivo del paciente. En aquellos casos en los que el diagnóstico clínico no esté claro, las pruebas vestibulares, que verifican el funcionamiento de los órganos del equilibrio del oído interno, son fundamentales.
Las pruebas vestibulares más habituales son:
Prueba vHit: A partir de una gafa de 200 gramos que tiene un acelerómetro y una cámara de alta velocidad se mide el reflejo óculo-vestibular. El otorrinolaringólogo mueve la cabeza del paciente con impulsos de baja amplitud y de alta velocidad, mientras el paciente mantine la mirada fija en un punto. El registro muestra la velocidad del movimiento de los ojos y de la cabeza.
Pruebas calóricas: Se le aplica al paciente en el oído corrientes de agua a distintas temperaturas. Eso genera un movimiento ocular que un ordenador registra y este calcula la amplitud y la cantidad de movimiento. Así se compara un oído respecto al otro y se calcula qué porcentaje de déficit de función vestibular hay en el oído enfermo.
Electrococleografía: Mide la actividad eléctrica del oído interno tras la aplicación de un estímulo acústico. Existen dos formas de realizar esta prueba, colocando el electrodo sobre la membrana timpánica (extratimpánica) o sobre el promontorio (más cerca del oído interno), atravesando la membrana timpánica (transtimpánica).
Posturografía: A través de una plataforma se mide el centro de gravedad del paciente, el control y velocidad del movimiento, y la capacidad de mantener el equilibrio en distintas condiciones de dificultad variable. Detecta qué parte del desequilibrio puede ser debido a un problema vestibular, visual o somatosensorial.
Tratamiento
El síndrome de Ménière se caracteriza por la aparición de crisis agudas o episodios de vértigo intenso de horas de duración y frecuencia variable. Con el paso del tiempo, se puede producir inestabilidad y pérdida auditiva.
Tratamiento de las crisis
Durante las crisis, se recomienda que el paciente permanezca en reposo y en silencio, sin realizar ninguna actividad, ni movimientos o cambios bruscos de posición En el momento agudo, se pueden emplear sedantes vestibulares o antieméticos para reducir las posibles náuseas o vómitos.
Tratamiento en los periodos intercrisis
En cambio, en los periodos intercrisis se recomienda seguir un tratamiento de mantenimiento que consiste en medidas higiénico-dietéticas como restricción de la sal y de la cafeína, reducir el estrés y cuidar el descanso.En muchos casos se asocia medicación como la betahistina o diuréticos para controlar la presión del oído interno. En casos refractarios se puede escalar el tratamiento con la medicación intratimpánica. Esta consiste en la inyección de fármacos en el oído medio atravesando el tímpano con una aguja muy fina.
En los casos más graves en los que el tratamiento farmacológico no funcione se pueden valorar distintos tipo de intervenciones quirúrgicas para paliar las crisis vertiginosas.
La rehabilitación del equilibrio es un tratamiento complementario en aquellos pacientes que tienen enfermedad estable, sin crisis vertiginosas, pero que padecen un desequilibrio marcado que limita su actividad diaria.
Tumores malignos de laringe
La laringe es un órgano cuya estructura fundamental es muscular y cartilaginosa, recubierto en su interior por un tejido similar al del resto del aparato respiratorio. Esta estructura permite no sólo la respiración, sino también la fonación, además de intervenir en la deglución. Dividimos la laringe en tres regiones: supraglótica, glótica y subglótica. La supraglotis comprende la epiglotis, los pliegues aritenoepiglóticos, los cartílagos aritenoides, las bandas ventriculares y los ventrículos. La región glótica engloba a las dos cuerdas vocales, la comisura anterior y posterior y la subglotis es un espacio único englobado entre las cuerdas y el borde inferior del cricoides.
España tiene una alta incidencia de cáncer de laringe (18 casos por cada 100.000 habitantes) debido al exceso en el consumo de tabaco registrado durante años. De los 11.300 casos de tumores de cabeza y cuello que se registran en nuestro país, el 40% se encuentran en la laringe. Los cánceres de laringe (CL) se originan en la mucosa que recubre la laringe. Los CL crecen localmente y tienen una elevada tendencia a diseminarse a los ganglios linfáticos cervicales, sobretodo los originados en la supraglotis.
Síntomas
Los síntomas varían en función de la localización de la lesión. Los tumores glóticos son los que se diagnostican con más frecuencia en estadios iniciales, ya que suelen producir disfonía de manera precoz. Cualquier paciente, especialmente aquellos fumadores o exfumadores con disfonía de más de 15 días de evolución, debe ser valorado por un otorrinolaringólogo. En fases más avanzadas el paciente puede presentar disnea y estridor.
Los tumores supraglóticos dan síntomas más inespecíficos, por lo que se diagnostican generalmente en fases más avanzadas. Los pacientes pueden presentar síntomas como sensación de cuerpo extraño, carraspeo, parestesias faríngeas, molestias cervicales inespecíficas, molestias óticas u otalgia, atragantamiento ocasional, leve disfagia y sólo cuando ya se extiende a las cuerdas presentan disfonía. Es frecuente que el paciente consulte por la aparición de una masa cervical como primer síntoma, debido a la elevada frecuencia de metástasis en los ganglios linfáticos cervicales. En estadios avanzados pueden presentar disfonía, estridor y disfagia.
Los tumores subglóticos son muy poco frecuentes de forma aislada y se diagnostican generalmente en fases avanzadas. Los síntomas de presentación más frecuentes son la disnea o una masa cervical baja.
Diagnóstico
Es fundamental conocer la localización y extensión del tumor para planificar un tratamiento adecuado. Para la exploración clínica del tumor disponemos de las siguientes maniobras para hacerlo: laringoscopia indirecta y endoscopia laríngea, estroboscopia y laringoscopia directa.
Tanto la laringoscopia indirecta como la endoscopia laríngea orientan sobre la localización del tumor, su extensión y sobre la movilidad laríngea. La estrosboscopia permite establecer un diagnóstico precoz al detectar alteraciones del movimiento de la onda mucosa de las cuerdas vocales. Por su parte, la laringoscopia directa permite un conocimiento exacto de la localización tumoral y de su extensión y la posibilidad de realizar una toma de biopsia.
Las pruebas de imagen como la tomografía computarizada (TC) y la tomografía por emisión de positrones (PET) son un elemento imprescindible a la hora de planificar el tratamiento de los pacientes
Las sociedades científicas de FACME acuerdan la constitución del Consejo Asesor de Recertificación Profesional
Las sociedades científicas federadas en la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (FACME), a la que pertenece la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC), han acordado constituir el Consejo Asesor de Recertificación Profesional para impulsar la puesta en marcha del modelo que se implantará en España.
Así, FACME no sólo le hará llegar a la Dirección General de Ordenación Profesional la documentación ya disponible relativa a los procesos de recertificación de cada una de las SSCC federadas – documentos que ponen de manifiesto el intenso trabajo realizado en los últimos años – sino que aportará nueva información fruto del trabajo del recién creado Consejo Asesor de Recertificación tras el nuevo análisis que realice.
El Consejo Asesor de Recertificación Profesional estará liderado por el doctor Cecilio Santander, vocal de la Junta Directiva de FACME, y formará parte del mismo un miembro designado por cada una de las sociedades científicas.
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