La SEORL-CCC avala el primer Libro Blanco para mejorar la gestión del Cáncer de Cabeza y Cuello en la práctica clínica en España

La SEORL-CCC, junto con el resto de entidades científicas líderes en el tratamiento del cáncer de cabeza y cuello a nivel nacional, y gracias a la colaboración de Bristol Myers Squibb ha presentado el Libro Blanco del Cáncer de Cabeza y Cuello “Estandarización de los resultados en salud para la gestión del cáncer de cabeza y cuello en la práctica clínica habitual”. El trabajo cuenta también con la colaboración de Outcomes’10 (consultoría científica estratégica especializada en investigación de resultados en salud).  El objetivo del mismo es promover la medición estandarizada de los resultados en salud para la gestión de este tipo de tumores en la práctica clínica.

El cáncer de cabeza y cuello, compuesto de varios tumores, es el 6º a nivel mundial, afecta a más hombres que a mujeres y se estima en torno a 8.200 el número de nuevos casos en España para el año 20211. Entre los principales factores de riesgo se encuentran el tabaco, que aumenta el riesgo de tumores en la cavidad oral, faringe y laringe, y el alcohol, que multiplica el riesgo por cinco respecto a la población general2.

Teniendo en cuenta estos datos, y con el propósito de mejorar el abordaje clínico de este tipo de cáncer, el libro blanco cuenta con el análisis de 50 expertos, entre ellos varios miembros de la SEORL-CCC, que forman un grupo multidisciplinar en el manejo de este tipo de cáncer para identificar las barreras e implementar nuevas medidas dentro del sistema sanitario. Además, para lograr una mejor aproximación también se ha tenido en cuenta la visión de pacientes.

Retos de la práctica clínica del cáncer de cabeza y cuello

El documento plantea una serie de retos para afrontar con el objetivo de mejorar la asistencia clínica del Cáncer de Cabeza y Cuello. En relación con los pacientes, es necesario promover la participación de los mismos a la vez que seguir concienciando a la sociedad sobre esta enfermedad. Por otro lado, mejorar la formación del profesional de soporte, disponer de recursos materiales necesarios, optimizar un abordaje multidisciplinar y conseguir una medicina personalizada enfocada en el paciente se plantea como un reto para los profesionales.

En cuanto al Sistema Nacional de Salud, las limitaciones se encuentran en las herramientas empleadas en la práctica clínica, que ponen de manifiesto la insuficiencia de los actuales sistemas empleados para la elaboración y cumplimentación de la historia clínica electrónica. Por ello, los expertos evidencian la necesidad de disponer de herramientas digitales que permitan la recogida y volcado automático de los datos a la historia clínica del paciente, siendo fundamental en este contexto el desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación.

Barreras del cáncer de cabeza y cuello

En este contexto, los expertos que han participado en la elaboración del Libro Blanco han identificado y dividido las barreras en tres grupos distintos. El primero, y en relación con los pacientes, han destacado la heterogeneidad de los perfiles y la falta de hábito en la toma de decisiones. El segundo, relacionado con el profesional sanitario, destacan la ausencia de tiempo, la falta de profesional de apoyo y falta de hábito en la recogida de PRO (resultados aportados por el paciente). En cuanto al tercer grupo, relacionado con el Sistema Nacional de Salud, (SNS) se ha resaltado la heterogeneidad del acceso a servicios y la falta de inmediatez para el acceso a datos clínicos.

Otro de los aspectos analizados por los autores, en cuanto a las limitaciones en el seguimiento y cuidado de pacientes de este tipo de tumores, es la escasa práctica clínica de los PRO en España. Estos son considerados como elemento clave para mejorar la atención sanitaria en este tipo de pacientes, ya que permite integrar la evidencia científica junto a la que proporcionan los propios pacientes.

El Dr. J. Alexander Sistiaga Suárez, vocal de la comisión de cirugía de cabeza y cuello de la SEORL-CCC y miembro de la Unidad de Oncología de Cabeza y Cuello del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario Donostia, respecto a los retos que plantea el cáncer de cabeza y cuello, ha destacado que, “los profesionales necesitamos herramientas que nos permitan definir mejor el tipo de paciente que estamos valorando y predecir el tipo de respuesta que ese paciente va a tener a nuestros tratamientos junto a una adaptación cautelosa hacia las nuevas tecnologías.” El doctor ha concluido en que el principal reto es “conseguir curar definitivamente a más pacientes y minimizar las secuelas que los tratamientos tienen sobre ellos, a todos los niveles.”

Por su parte, la Dra. Virginia Arrazubi, del Servicio de Oncología Médica del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), ha destacado la importancia del abordaje multidisciplinar, en sus palabras, “el reto es tener un conocimiento conjunto de todos los factores, y esa tarea sólo puede suceder con el trabajo conjunto y coordinado de los distintos especialistas.” Además, ha recalcado que “es un reto ir introduciendo los resultados desde la perspectiva del paciente como objetivos conjuntos para que profesionales como nutricionistas, logopedas, psicólogos, fisioterapeutas o geriatras vayan igualmente formando parte del equipo multidisciplinar.”

Otro experto que ha participado en la elaboración de este manual, Gerardo Cajaraville, Farmacéutico Oncológico en Onkologikoa también ha dado su punto de vista como profesional de la farmacia oncológica, “es primordial poner al paciente en el centro del sistema, concepto sencillo en la teoría, pero difícil de aplicar en la práctica clínica diaria.” Además, respecto a tratamientos oncológicos ha recalcado que, “necesitamos identificar nuevos tratamientos y enfoques terapéuticos que nos permitan tener un abordaje individualizado adaptado a las características de cada paciente o situación clínica.”

Referencias:

  1. Las Cifras del Cáncer en España 2021: https://seom.org/images/Cifras_del_cancer_en_Espnaha_2021.pdf
  2. Sociedad Española de Oncología Médica: Tumores cabeza y cuello – O.R.L.

Los mitos en cáncer de cabeza y cuello pueden dificultar su prevención y diagnóstico

Los mitos sobre cáncer de cabeza y cuello pueden dificultar su prevención y diagnóstico, lo que retrasará su tratamiento, según advierten desde la Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) con motivo del Día Mundial del Cáncer de Cabeza y Cuello que se celebra el 27 de julio.

Cada año se detectan en España alrededor de 10.000 nuevos casos de cáncer de cabeza y cuello, ocasionados sobre todo por el tabaco, el alcohol o, cada vez más, el virus del papiloma humano (VPH). Todos ellos, según insisten los otorrinolaringólogos cirujanos de cabeza y cuello, son causas evitables, lo que hace que una gran mayoría de los tumores de cabeza y cuello se puedan prevenir.

Más del 80% de los pacientes con un cáncer de cabeza y cuello son fumadores y su sinergia con el alcohol puede multiplicar de 10 a 20 veces la posibilidad de desarrollarlo. Así mismo, infecciones causadas por virus, como el del papiloma humano (VPH) y el de Epstein-Barr (VEB), son factores de riesgo para el cáncer de orofaringe y rinofaringe, respectivamente.

Mitos más frecuentes sobre cáncer de cabeza y cuello

La SEORL-CCC, junto con el Instituto #SaludsinBulos, ha localizado y desmontado algunos de los mitos más extendidos sobre el cáncer de cabeza y cuello, que tienen que ver con las causas o factores de riesgo. Estos prejuicios pueden hacer que se le quite importancia a la evitación de los verdaderos factores de riesgo, lo que contribuiría a reducir las posibilidades de desarrollar cáncer en un futuro. Además, también se tiende a pensar que el cáncer de cabeza y cuello es una enfermedad de personas mayores, lo cual hace que los posibles signos de alarma puedan pasar desapercibidos, provocando que su detección se haga en estadios más avanzados y tengan un peor pronóstico.

En general, la SEORL-CCC busca que haya más concienciación sobre los factores de riesgo y los signos de alarma del cáncer de cabeza y cuello. Los resultados de una encuesta a más de 1.000 personas publicados en la revista European Journal of Public Health confirman que existe falta de conciencia pública sobre el VPH y su asociación con el cáncer de orofaringe.  Sin embargo, entre los mitos más extendidos relacionados con el cáncer de cabeza y cuello se encuentran los relacionados falsamente con posibles causas. Por ejemplo, las radiaciones que transmiten los móviles o ingerir comida calentada en el microondas.

El cáncer de cabeza y cuello afecta con mayor proporción a hombres que a mujeres, sobre todo entre la quinta y la séptima décadas de la vida, aunque en los últimos años están apareciendo un mayor número de casos en mujeres y en pacientes de menor edad. El aumento del tabaquismo está propiciando que se encuentren cada vez más pacientes jóvenes afectados, en relación también a que el hábito de fumar se adquiere en torno a los 14 años y se acumulan muchos años como fumador a edades más tempranas. La aparición del VPH como factor de riesgo del carcinoma de orofaringe también ha influido en su aparición en jóvenes.

La SEORL-CCC ha elaborado el siguiente listado de mitos sobre el cáncer de cabeza y cuello con el objetivo de desmontar falsas creencias en torno a él. La SEORL-CCC colabora con el Instituto #SaludsinBulos en la lucha contra los bulos y la desinformación en el área de su especialidad.

  1. El cáncer de cabeza y cuello es cosa de mayores. FALSO

Cada año, se detectan 10.000 casos nuevos en España, sobre todo en personas de entre 45 y 65 años de edad. El aumento del consumo de tabaco en jóvenes y el VPH han provocado que en los últimos años haya aumentado la incidencia de este tipo de tumores en personas cada vez más jóvenes. También ha sucedido que, aunque siempre ha sido más común en los hombres, cada vez afecta a más mujeres por el mayor consumo de tabaco.

  1. El cáncer de cabeza y cuello es contagioso. FALSO

El cáncer no es una enfermedad contagiosa y no se puede transmitir por contacto con otra persona ni por ninguna vía de transmisión. Sin embargo, en el caso del cáncer de cabeza y cuello existen una serie de virus causantes de infecciones que pueden incrementar el riesgo de padecer determinados tipos de cáncer.

El VPH puede incrementar el riesgo de cáncer de orofaringe (amígdala, base de lengua), mientras que el VEB se ha relacionado con el cáncer de rinofaringe. Ambos virus son transmisibles pero no siempre provocan cáncer.

  1. Comer comida calentada en microondas puede provocar cáncer de garganta. FALSO

Está muy extendido el mito de que las radiaciones del microondas pueden provocar cáncer, como el de garganta. Sin embargo, esto es completamente falso. Los microondas emiten radiaciones no ionizantes y, por tanto, no causan ningún daño en el material genético de las células. Tampoco modifican la composición de los alimentos.

  1. Las radiaciones de los móviles provocan cáncer de cabeza y cuello. FALSO

No hay ninguna evidencia sólida que demuestre que las radiaciones de telefonía móvil están relacionadas con la aparición de tumores de cabeza y cuello. La radiofrecuencia que emiten estos dispositivos no produce daño en el ADN de las células ya que transmite una radiación electromagnética no ionizante.

  1. El sexo oral podría provocar cáncer de garganta. VERDADERO

El VPH, uno de los factores de riesgo de cáncer orofaríngeo, se puede contraer a través del sexo oral o coital desprotegido en cualquier momento de la vida. Se trata de la infección de transmisión sexual más frecuente a nivel mundial. Su detección en cérvix o en orofaringe es indicativa de infección, pero no del desarrollo de un tumor maligno, pues no todos los tipos de VPH tienen capacidad carcinógena, algo que sucede en algunos casos sin conocer aún el motivo. Por lo general, el cáncer de orofaringe relacionado con el VPH se localiza en la amígdala palatina y/o en la base de la lengua y puede generar síntomas como sensación de cuerpo extraño en la garganta,  molestias al tragar, dolor de garganta u oídos, o aumento de tamaño de los ganglios linfáticos. Es importante acudir al especialista otorrinolaringólogo ante la presencia de signos de sospecha para que pueda evaluar cada caso y determinar el origen de los mismos.

  1. Sólo los fumadores y personas que consumen alcohol pueden desarrollar cáncer de cabeza y cuello. FALSO

El tabaco es el principal factor de riesgo para desarrollar un cáncer de cabeza y cuello y, de hecho, la mayor parte de pacientes diagnosticados son fumadores. Sin embargo, esto no significa que solo estas personas puedan ser candidatas a tener un cáncer de cabeza y cuello. Como se ha dicho anteriormente, determinados virus como el VPH también pueden influir. Así mismo, una mala higiene bucal, la exposición a determinadas sustancias o la irradiación, factores genéticos etc. también pueden estar implicados.

El carcinoma nasofaríngeo, el tumor maligno más común de la rinofaringe

En España la incidencia del cáncer de rinofaringe es de aproximadamente un caso por cada 100.000 habitantes al año. Afecta en mayor medida a hombres que a mujeres, con una incidencia de entre 2 y 3 veces superior, que suele ser mayor conforme se incrementa la edad. En países del sudeste asiático y del norte de África tiene una incidencia mucho más elevada. La infección por el virus de Epstein-Barr (VEB) se ha asociado al desarrollo del cáncer de nasofaringe.

Síntomas del cáncer de rinofaringe

La otitis serosa unilateral y la presencia de una masa en el cuello, suponen las manifestaciones clínicas más frecuentes de un cáncer de nasofaringe.

La otitis serosa se produce por una obstrucción provocada por el tumor de la desembocadura de la trompa de Eustaquio. Por otro lado, la elevada tendencia a la diseminación a los ganglios linfáticos del carcinoma nasofaríngeo hace que la presencia de metástasis cervicales que se manifiestan como una masa cervical, sea frecuente al diagnóstico. En estadios avanzados pueden aparecer otros síntomas como obstrucción nasal, sangrado, parálisis de nervios craneales y síntomas oculares,

La otitis media serosa unilateral suele ser el motivo inicial de consulta, encontrándose hasta en el 50% de los pacientes con carcinoma nasofaríngeo. También puede presentarse después del tratamiento con radioterapia en el 15-20% de los pacientes por lo que es importante realizar una exploración otológica continua, antes, durante y después del tratamiento.

Diagnóstico del cáncer de rinofaringe

En la mayoría de los casos, los tumores de nasofaringe se diagnostican en estadios loco-regionalmente avanzados. Esto se debe a que inicialmente los tumores apenas dan síntomas y a que la rinofaringe es un área anatómica poco accesible a la exploración directa, por lo que requiere ser valorada mediante exploración endoscópica realizada por un otorrinolaringólogo – cirujano de cabeza y cuello.

Ante la presencia de una sintomatología compatible y una masa de aspecto tumoral en la rinofaringe, es necesario hacer una confirmación del diagnóstico con la realización de una biopsia. El estudio del virus de Epstein-Barr debe realizarse siempre.

A continuación, se realizarán una serie de pruebas de imagen: la tomografía computarizada (TC), la resonancia magnética (RM) y la tomografía por emisión de positrones (PET) ayudarán a determinar la extensión del tumor y a planificar el tratamiento.

Tratamiento del cáncer de rinofaringe

El tratamiento estándar del cáncer de rinofaringe es la quimio-radioterapia. La utilización de quimioterapia neo-adyuvante está recomendada a partir de los estadios loco-regionalmetne avanzados. La administración de quimioterapia adyuvante es controvertida. La cirugía se reserva para el tratamiento de las recidivas, demostrando ser más eficaz, menos agresiva, con mayor supervivencia global a 5 años, una mayor calidad de vida y menores complicaciones que el otro tratamiento empleado para estos casos que es la reirradiación.

En la actualidad, con la cirugía endoscópica se consigue una menor morbilidad y una radicalidad similar a los abordajes abiertos tradicionales, gracias a una exposición más directa y con menor manipulación de estructuras neurovasculares.

Las complicaciones más frecuentes debido a la toxicidad de la radioterapia incluyen mucositis, dermatitis, xerostomía y disfagia, y la gran mayoría de ellas mejoran en las semanas posteriores tras terminar el tratamiento. A largo plazo, la radionecrosis de la base del cráneo puede provocar secuelas graves e incluso ser la causa de muerte de estos pacientes.

La SEORL-CCC inicia su actividad en Instagram

La Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC) ha iniciado su actividad en Instagram con ilusión y ganas de seguir aportando conocimiento y experiencia sobre las distintas áreas que abarca la especialidad, tanto a pacientes, como a la población general y, por supuesto, a  los profesionales sanitarios.
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La rinitis alérgica tiene una prevalencia global de entre el 20 y el 40%

La forma alérgica es la más común de la rinitis crónica y tiene una prevalencia global estimada de 20 a 40%. Se trata de una enfermedad crónica que provoca un importante deterioro de la calidad de vida de los pacientes y, por tanto, se considera un problema de salud pública. Está causada por una respuesta IgE mediada a alergenos ambientales como pólenes, ácaros, hongos, epitelios de animales o alergenos ocupacionales. En su diagnóstico y tratamiento el otorrinolaringólogo juega un papel colaborador junto con el alergólogo, tanto para la realización de pruebas como para la cirugía en caso de ser necesaria.

Los síntomas más característicos de la rinitis alérgica son el prurito nasal, estornudos, rinorrea acuosa y congestión nasal. De forma frecuente se puede asociar con otras patologías como la rinosinusitis crónica polipoidea, la conjuntivitis, la otitis y puede ser un predictor de aparición de asma.

Diagnóstico de la rinitis alérgica

Para realizar el diagnóstico de la rinitis alérgica se debe tener en cuenta la presencia de dos o más de esos síntomas nasales de manera recurrente o permanente. Es importante además hacer una historia clínica cuidadosa y evaluar la posibilidad de exposición a desencadenantes ambientales, tanto en el entorno laboral como en el domicilio. También se estudiarán los antecedentes familiares y personales, con especial atención a enfermedades como asma, alergias alimentarias y dermatitis atópica.

Además de las pruebas alergológicas, también pueden ser necesarias una serie de pruebas para valorar posibles alteraciones anatómicas que pueden estar empeorando los síntomas de una rinitis alérgica. Es ahí donde entra en juego el otorrinolaringólogo que mediante rinoscopia o endoscopia podrá visualizar el color de la mucosa (que será pálido en caso de alergia), las estructuras del tabique nasal, los cornetes, una posible presencia de pólipos y el aspecto del moco.

En ocasiones puede ser necesario realizar un TAC de senos paranasales de baja radiación para ver si hay afectación sinusal. También pueden solicitarse pruebas funcionales como la rinomanometría del flujo del aire a través las fosas nasales para detectar la resistencia o no de su paso. Tras estos resultados, el otorrinolaringólogo valorará la necesidad o no de un tratamiento quirúrgico asociado al médico.

En algunos centros existen los comités multidisciplinares de la vía aérea única en los que el otorrinolaringólogo colabora con el alergólogo en el estudio de la rinitis alérgica local. Esta se produce cuando existen unas pruebas cutáneas de alergia negativas y son necesarios estudios con citología para analizar la mucosidad, estudios rinomanométricos de flujo pre provocación y pruebas de provocación con alérgeno. Si son positivas se realizará una Rinomanometría de flujo tras vasoconstricción.

Tratamiento de la rinitis alérgica

Es importante tratar de forma eficaz la rinitis alérgica, ya que un mal control de la misma puede afectar a las actividades diarias, la calidad de vida y otras áreas de las vías respiratorias. Un tratamiento óptimo incluye medidas de control ambiental, limpieza nasal mediante lavados nasales con suero o agua de mar, la evitación de los alérgenos y el tratamiento farmacológico.

El tratamiento de primera línea son los antihistamínicos y actúan de forma directa sobre todos los síntomas a excepción de la congestión nasal. Por ello, los corticoides intranasales acaban siendo el tratamiento de elección en muchos pacientes ya que actúan sobre todos los síntomas nasales. En ocasiones también se utiliza una combinación de ambos.

La rehabilitación olfatoria ofrece los mejores resultados para la recuperación del olfato en pacientes con COVID persistente

La rehabilitación olfatoria durante 6-12 meses ha demostrado que mejora la capacidad olfatoria en pacientes con hiposmia por la COVID-19 persistente, siendo el tratamiento que mejores resultados ofrece en estos casos. La disfunción olfatoria es uno de los síntomas más prevalentes tras una infección causada por el virus SARS-CoV2 y en algunos pacientes persiste más allá de las 4-12 semanas, generando una mayor discapacidad y alteración de la calidad de vida. Son las principales conclusiones del documento de revisión ‘Disfunción olfatoria en la COVID-19 persistente. Actualización’, realizado por otorrinolaringólogos miembros de la SEORL-CCC.

La evidencia científica de la que disponen los expertos hasta el momento no apoya ninguna terapia farmacológica para la disfunción olfatoria en pacientes con COVID persistente o Long COVID. En 2021 se ha publicado un trabajo sobre el efecto de la rehabilitación olfatoria (RO) en más de 500 pacientes con hiposmia causado por el coronavirus. Sus autores concluyen que mejora de forma significativa la capacidad olfatoria, especialmente si el cumplimiento era de más de 28 días.

La pauta clásica que siguen los otorrinolaringólogos para la rehabilitación del olfato incluye realizar a diario dos ejercicios de exposición a 4 odorantes: frutal, mentolado, aromático y floral, aunque se han ido incorporando otras variedades de olores y concentraciones. Su duración es variable entre los 6 y 12 meses. Además, al ser un tratamiento no invasivo es muy recomendable para la recuperación del olfato post viral.

La COVID-19 persistente (long-term COVID-19) se define como la presencia de síntomas  persistentes o incapacitantes tras la infección aguda por el SARS-CoV2  de más de 4-12  semanas tras el inicio de los síntomas. Según los autores del documento, se estima que puede ocurrir entre el 10-20% de los pacientes que la ha sufrido.

El estudio más amplio realizado sobre la afectación del olfato en pacientes con COVID confirma una prevalencia del 47,85%. Por lo general afecta menos a las personas que sufren la enfermedad de forma grave. Estas alteraciones son más manifiestas en pacientes leves. La mayoría logran superarlo de forma completa a los pocos días del inicio pero en un porcentaje importante persisten.