El cáncer de cabeza y cuello es evitable
Los tumores de cabeza y cuello se han asociado a factores de riesgo controlables por lo que se puede prevenir su aparición. Aproximadamente se detectan unos 650.000 casos nuevos al año y se producen 350.000 muertes por este tipo de tumores. El consumo de alcohol y el tabaquismo son los principales factores responsables del aumento del riesgo de cáncer de cabeza y cuello en todo el mundo. Según datos de la SEORL-CCC, el tabaco hace que el riesgo de padecer cáncer de laringe o faringe se incremente hasta 20 veces. Por su parte, el alcohol, asociado al consumo de cigarros, permite la disolución de los carcinógenos del tabaco y un mayor contacto con la mucosa. Su combinación puede multiplicar por cuatro el riesgo de padecer cáncer. Además, en los últimos años se ha observado un incremento en la incidencia de tumores de cabeza y cuello inducidos por el virus del papiloma humano (VPH), principalmente de la orofaringe.
Signos de alarma del cáncer de cabeza y cuello
La Comisión de Cabeza y Cuello de la SEORL-CCC recomienda estar atento al siguiente listado de signos y síntomas de un posible tumor de cabeza y cuello, sobre todo en personas vinculadas a los principales factores de riesgo (alcohol y tabaco). Ante la presencia de cualquiera de ellos, lo mejor es consultar con un otorrinolaringólogo:
- Dolor de garganta y dificultad al tragar persistente más de tres semanas a pesar del tratamiento
- Dolor de oído persistente que empeora al tragar durante más de tres semanas a pesar del tratamiento
- Aparición de tumefacción o úlcera en la boca o de sangre en la boca y la garganta durante más de tres semanas a pesar del tratamiento
- Aparición de lesiones blancas o rojas en la boca que persisten durante más de tres semanas a pesar del tratamiento
- Cambios en la voz, afonía o ronquera no relacionada con una infección y que persiste más de tres semanas a pesar del tratamiento
- Aparición de bultos en el cuello, sobre todo si son duros, crecen o duelen durante más de tres semanas a pesar de tratarlos
- Obstrucción nasal y/o sangrado nasal persistente durante más de tres semanas a pesar del tratamiento
Aparición de una masa cervical
El manejo de los pacientes con una masa en el cuello ha sido controvertido en muchas ocasiones. Cuando el paciente se nota un bulto en el cuello, lo primero que debemos conocer es que un gran número de casos son benignos, sobre todo en pacientes jóvenes, en que suele ser un bulto de origen inflamatorio, infeccioso y en otras ocasiones malformaciones congénitas. Sin embargo, se debe descartar un proceso maligno ante la aparición de una masa cervical y algunos factores de riesgo como son: edad mayor de 40 años, tabaquismo, consumo de alcohol. También determinadas características de la masa deben hacer pensar en un origen maligno, como por ejemplo el crecimiento progresivo, la infiltración y/o ulceración de la piel y la adherencia a planos profundos. Síntomas asociados como cambios en la voz, dificultad para tragar, dificultad respiratoria, sangrado por la boca o dolor local o referido al oído, también sugieren una posible causa tumoral.
Cuando un paciente tiene una masa en el cuello, debe ser clara la actitud ante la misma. En primer lugar se debe hacer una historia clínica completa valorando antecedentes personales y familiares, así como circunstancias de aparición de la masa. Tras ello debe realizarse una exploración completa, que debe incluir de forma inexcusable una exploración por parte del especialista de otorrinolaringología. La exploración indefectiblemente incluirá una exploración cervical completa, una evaluación de la cavidad oral y la faringe, una exploración de oídos y fosas nasales y sobre todo una endoscopia completa de la vía aerodigestiva superior. En algunos casos no se detecta el tumor primario tras realizar esta exploración otorrinolaringológica y las pruebas de imagen, principalmente, el TC y el PET, van a ser fundamentales. No deben realizarse exploraciones complementarias sin haber realizado previamente la exploración otorrinolaringológica mencionada. Además, está indicada una punción aspiración con aguja fina (PAAF) para extraer unas células de la lesión y analizarlas desde el punto de vista citológico y/o molecular, para intentar filiar el origen del tumor.